Como todo buen vendedor de coches o diseñador de ropa sabe, el color tiene la capacidad de influir sobre nuestra psique y sugerir diferentes estados de ánimo. En fotografía acostumbra a ser un elemento fundamental, y añadido a los valores de la composición, a las formas o al mensaje de la imagen a veces sirve para añadir sensaciones en la percepción del observador.
Así el color azul, trasmite la sensación de frío y en sus diferentes matices nos trasmite un estado de ánimo cercano a la melancolía o la tristeza. Ante el azul parece que uno tiende a relajarse, a permanecer estático. A la contemplación, la introspección , la calma.
Si hablamos de fotografía de la naturaleza y estaciones, quizás los meses del invierno de nuestras latitudes y su vocación durmiente parecen ser los más propicios para ser representados por este color. También el otoño, aunque solemos relacionar este con los rojos y amarillos de los bosques caducifolios.
De todas formas creo que los primeros fríos de este otoño, con la lluvia o las nieblas que lo acompañan, con la vegetación que retrocede ante las largas noches y el paisaje silencioso se adecua perfectamente a esa tristeza que destilan los azules.
No se si será una casualidad que en ingles la palabra azul (blue) y la palabra melancolía o tristeza (blues) tengan la misma raíz, pero sin duda ambos términos combinan a la perfección. ¿No os lo parece?
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