Ya puedes ir desmontando el belén. Y subastando en Ebay el regalo del plasta de tu cuñado. Y afloja la sonrisa boba que arrastras desde la navidad (hasta la tía Angustias cree que te han lobotomizado). En fin, como dice ese genial mensaje que viaja por las redes sociales, "terminó el simulacro de paz y amor".
Siento ser un poco brusco. Se que quizás aún os falta de abrir ese paquetito de reyes. Y Dios me libre de indigestarle a nadie el roscón. Pero es que estoy deseando un poquito que la cosa concluya. Si no es tu caso, perdonamé y tranquilo, que las rebajas están a la vuelta de la esquina.
Por cierto, ¿cuál de estas dos imágenes de estos días te parece que explica mejor cómo vivimos/sufrimos la navidad?
