Dicen que las nuevas criaturas vienen de París, pero esta ha venido desde Japón.
Apenas 350 gramos al nacer, es un gustazo sacarla a pasear sabiendo que no te van a crujir las vertebras y no se te va a chafar la espalda.
Me encanta su tamaño compacto, su aspecto retro, sus controles manuales y su estructura de aleación de magnesio, sin apenas señal de plástico.
Disfruto ya con su luminoso objetivo de cuatro aumentos 28-112mm (f 2- f 2.8), con su enfoque supermacro a 1cm, con la posibilidad de disparar en RAW, sus 12 Megapixels, sus modos de simulación de película Velvia o Provia entre otros,....
En fin, un corazón lleno de moderna tecnología dentro de un cuerpo de corte clásico y elegante.
Sus hermanas mayores la miran con cierta envidia, porque en los dos días que lleva en casa, solo he tenido ojitos para ella. Ya sabeis,.... los clásicos celos entre hermanas.
Y es que es fantástico meterla en un bolsillo y recuperar las sensaciones del placer de fotografiar con sencillez y discreción. Andar kilómetros sintiendo que tus energías se orientan solo a buscar encuadres, texturas y motivos y no a arrastar una pesada mochila llena de material fotográfico.
Si quereis conocerla más a fondo podeis pinchar en este enlace:
Otro día os hablaré de la familia al completo, pero es que hoy solo tengo palabras para mi nueva niña. Asi que os dejo aquí algunas de las imagenes en blanco y negro (me he dejado invadir por su corte clásico) que he tomado estos dos días en Bilbao. Espero que os gusten.
2 comentarios:
Me encanta la nitidez de las fotos, buena maquina.. espero que la disfrutes y ya nos enseñaras más instantaneas de dicha maravilla.
Un saludo
UN poco de peloteo no viene mal, no?
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