Estoy en estos días archivando y retocando fotos de este pasado verano. Concretamente de nuestro recorrido por la costa turca en el mar Egeo. Y me acuerdo del lugar con un toque de nostalgia. Ahora que los días son cortos y lluviosos echo de menos ese calorcito mediterráneo, esas gloriosas puestas de sol, esos atardeceres llenos de aromas a pescadito frito y salitre.
Y casi siempre los recuerdos de esos días están adornados con la hermosa
silueta de un velero. Este rincón del mediterráneo es uno de los
mejores del mundo para disfrutarlo desde un catamarán, una goleta turca o incluso una fragata.
Deslizarse por estas aguas turquesas, dejarse llevar por los dominantes vientos etesios, fondear en alguna solitaria
cala, o arribar a alguno de los animados puertos que se asoman al mar en
esta zona del país.
No debemos olvidar que por aquí anduvo Ulises dando tumbos de vuelta a
Ítaca (Troya está en esta misma costa, en la actual Turquía, un poco más
al norte) y eso debe de ser un buen reclamo para navegantes de todo el
mundo que se acercan hasta aquí en busca de su particular odisea.
Yo os dejo con algunas de las imágenes que tomé en esos días de calma y luz. Para que se remueva el nómada que llevamos dentro y soñemos que aún podemos ver el mundo desde lo alto de un palo trinquete.
Puedes ver más fotos del viaje a Turquía AQUÍ
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